¿QUÉ TIPOS DE QUESOS EXISTEN?
El queso es uno de los alimentos más antiguos y versátiles conocidos a lo largo de la humanidad. La producción de queso se originó en la era Neolítica, período durante el cual los seres humanos comenzaron la domesticación de animales, especialmente las ovejas, en un marco temporal que abarca desde el 8.000 hasta el 3.000 aC.
Clasificación general de los quesos
Los quesos se pueden clasificar de diversas maneras: por su contenido de grasa, por su textura, y por su método de curación. Esta sección proporcionará una visión general de las principales categorías.
Quesos suaves: Brie y Camembert
Los quesos suaves como el Brie y el Camembert son famosos por su corteza comestible y su interior cremoso. Aquí, exploraremos cómo disfrutar de estos deliciosos quesos.
Quesos semiduro: Cheddar y Gouda
El Cheddar y el Gouda representan a los quesos semiduros, conocidos por su firmeza y riqueza en sabor. Compartiremos algunas recetas recomendadas para estos quesos.
Quesos duros: Parmesano y manchego
El Parmesano y el Manchego son ejemplos de quesos duros, apreciados por su textura granulada y sus intensos sabores. Discutiremos sus usos culinarios más comunes.
Quesos azules: Roquefort y Gorgonzolla
Los quesos azules, como el Roquefort y el Gorgonzola, son valorados por su veta azul-verdosa y sabor distintivo. Exploraremos los mejores maridajes para estos quesos.
Quesos frescos: Mozarella y Ricotta
La Mozzarella y la Ricotta son quesos frescos, ligeros y versátiles. Aquí, ofreceremos ideas para incorporarlos en ensaladas y postres.
Quesos de cabra: feta y Chèvre
El Feta y el Chèvre son quesos de cabra con sabores únicos. Discutiremos por qué son considerados alternativas saludables.
Innovaciones y quesos veganos
La innovación en el mundo del queso también ha dado lugar a opciones veganas, como los quesos a base de frutos secos y los fermentados.
Conservación y cuidados de los quesos
La conservación y el cuidado adecuados de los quesos son esenciales para mantener su sabor, textura y frescura óptimos.
Los quesos se deben conservar en el refrigerador, idealmente en el cajón de verduras donde la temperatura es más constante y ligeramente más alta que en el resto del frigorífico. La temperatura ideal está entre 4°C y 8°C.
Para quesos más frescos y blandos, una humedad alta es preferible para evitar que se sequen. En cambio, los quesos duros se conservan mejor en un ambiente ligeramente más seco. Puedes regular la humedad guardando los quesos en contenedores especiales o dentro de cajas en el refrigerador.
Envuelve los quesos en papel de cera o papel pergamino, ya que estos materiales permiten que el queso "respire" mientras minimizan la absorción de olores de otros alimentos en el refrigerador. Evita el uso de plástico film directamente sobre el queso, especialmente para los quesos más maduros y aromáticos.
El mundo de los quesos es amplio y diverso. Experimentar con diferentes tipos puede enriquecer cualquier experiencia culinaria. En Marti nos gusta incluirlos en nuestras Cestas de Navidad, para que podáis disfrutar de este manjar.